LA DEMOCRACIA EN
TIEMPOS DE PANDEMIA
Los ataques contra las libertades democráticas se aceleraron bajo la pandemia, ya que muchos Estados aprovecharon la oportunidad para introducir restricciones que no eran necesarias para luchar contra el virus, sino que ampliaban los poderes del Estado y reducían el espacio para la rendición de cuentas, el diálogo y el disenso. Entretanto, las numerosas elecciones que tuvieron lugar durante el año ofrecieron algunas oportunidades para expresar disenso y exigir algo diferente; infrecuentes alternancias en el gobierno se produjeron en República Dominicana y Seychelles, y en Malawi se produjo un cambio cuando la sociedad civil forzó la repetición de unas elecciones viciadas. En Nueva Zelanda y Corea del Sur, los gobiernos de turno fueron recompensados por su eficacia en el manejo de la pandemia. Sin embargo, con demasiada frecuencia las elecciones ofrecieron apenas un ritual vacío de democracia y confirmaron a presidentes largamente instalados en el poder, como ocurrió en Bielorrusia, Uganda y en una larga serie de Estados de África Occidental. La política de extrema derecha, divisiva y polarizadora, fue resistida en Estados Unidos, pero continuó su marcha por toda Europa, y particularmente en Polonia, Serbia y Eslovenia. En el Líbano, Myanmar y Tailandia, entre otros países, la ciudadanía exigió democracia en abierto desafío a un poder estatal represivo, y la sociedad civil trabajó en todas partes para mantener vivas las libertades democráticas.